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14 de julio de 2011

Análisis lingüístico de un corpus del español de Colombia

Análisis lingüístico de un corpus del español de Colombia

Gissell Demartini B.
Universidad de Santiago de Chile
manitosquehablan@hotmail.com


Resumen

La investigación sociolingüística se ha caracterizado por centrar su objeto de estudio en la actuación lingüística de los hablantes mas que en su competencia, obteniendo de cada registro fenómenos comunes que permiten establecer una norma estándar en el uso de la lengua; en este caso el español de América.
Es así como, a partir del análisis de un idiolecto, el presente artículo pretende contribuir a la descripción de las diferencias diatópicas manifestadas entre un hablante nativo del español de Colombia y la norma estándar del español de Chile en los componentes fonético-fonológico, léxico-semántico, morfosintáctico y discursivo.
La descripción se aborda desde los planteamientos teóricos de Montes (2000) y Rabanales (1981), concluyendo con un análisis comparativo entre las variantes principales de cada dialecto; español de Chile y español de Colombia.

Palabras clave: Español de Colombia, Sociolingüística, Variación léxica, Variación Fonética-Fonológica, Variación Sintáctica, Variación en el Discurso, Dialecto.

Abstract:

The sociolinguistics research it has characterized to focus on its target of study in the linguistic actions of the speakers more than in its competence, obtaining of each registration common phenomenoms that allow to establish a standar rule in the composition of a language, in this case the spanish one.


In this way, from the analysis of an idiolect, the present article pretend to contribute the description of the diatopic displayed between a native speaker of Colombia’s spanish ant the standar rule of Chile’s spanish in the phonetic-phonological, lexical-semantic, morphosyntactic and discusive components.
The description its tackle from the theoretical approches of Montes (2000) and Rabanales (1981), concluding with a comparative analysis between the main variants of each dialect, Chile’s spanish and Colombia’s spanish.

Key words: Colombia’s Spanish, Sociolinguistic, Lexical Variation, Phonetic-phonological Variation, Syntactic Variation, Speech Variation, Dialect.

1. Introducción

Las investigaciones dialectológicas constituyen un importante aporte en el estudio de las variedades regionales de una lengua; determinando en la praxis, la necesidad de analizar aquellos registros en los cuales se evidencian variedades fonético-fonológicas, sintácticas, léxico-semánticas y discursivas del dialecto utilizado por hablantes nativos que comparten un mismo sistema lingüístico.

Es así como un sinnúmero de estudios ha demostrado que, aún cuando un grupo de hablantes adquirió de manera natural una misma lengua; en este caso el español, existen variables de diversa índole que inciden en que esos registros jamás sean idénticos. Por el contrario, las diferencias de habla se acentuarán cuando se delimite aún más a los hablantes según variables adscritas (género, edad, nacionalidad) y adquiridas (nivel socioeconómico, ocupación, nivel de instrucción, entre otros).

Estas investigaciones se concretizan en la atención por el estudio del español manifestado por lingüistas, sociólogos, profesores y filólogos en cátedras universitarias, escuelas o centros de investigación dedicados a desentrañar valiosa información cultural y lingüística en Hispanoamérica.

Dentro de este marco, la evolución de los estudios de origen sociolingüístico ha ido delimitando sistemáticamente su objeto de interés hasta lograr caracterizar el habla de gran cantidad de sujetos habitantes de diversos espacios geográficos. El interés ha comenzado contrastando las diferencias existentes entre el español peninsular y el español en América. Algunos de los países en los que se ha estudiado con mayor exactitud la estratificación de la lengua española son: Puerto Rico, Perú, Argentina, Cuba y Colombia. En éste último se destacan autores como Rufino José Cuervo con su contribución al estudio del lenguaje bogotano entre 1868 y 1972, entre otros trabajos que llevaron a la lingüística del español el rigor de los métodos histórico-comparativos de la lingüística del siglo XIX.

Asimismo, una de las instituciones que ha contribuido fuertemente al estudio de los dialectos colombianos ha sido la Fundación del Instituto Caro y Cuervo creada en 1942, cuyo departamento de lingüística, a través de su revista sobre lingüística y filología, ha albergado importantes artículos entre los que destacan: “El habla popular en la literatura colombiana” (Flórez,1945), “Sobre las perífrasis con “ir” en el español de Colombia” (Montes, J., 1963), “Apuntaciones sobre el caló bogotano” (Wagner, M., 1950), además de una extensa cantidad de artículos publicados a la fecha, y orientados principalmente a la descripción de la composición del léxico y las variedades dialectales en el español de Colombia.

Constituye quizás la publicación más importante del Instituto Caro y Cuervo, el primer Atlas Nacional de un país hispanohablante que logra completarse y publicarse. El Atlas Lingüístico-etnográfico de Colombia (Alec) en el que se exponen textos y fotografías de centenares de localidades colombianas, de sus gentes, su habla, y sus costumbres en la segunda mitad del siglo XX (Montes, 2000).

Una vez establecido el territorio actualizado de las investigaciones centradas en indagar sobre las variedades dialectales en Colombia, el presente trabajo pretende contribuir a este campo aportando a la descripción del idiolecto tolimense empleado por un hablante femenino, nativo de Colombia, y cuyo registro muestra claramente las variaciones presentes en los diversos componentes de la lengua.

El artículo comienza sumergiendo al lector en el tema mediante el marco teórico en el que se describen las características socioculturales del país en estudio, la conformación de su lengua y la descripción de los principales fenómenos producidos en el español colombiano estándar.

Posteriormente se detalla la metodología utilizada dando cuenta de los fundamentos teóricos, el enfoque, los instrumentos, la selección del informante, características del hablante, la obtención de la muestra, las variables y el análisis de los datos en relación a los fenómenos lingüísticos identificados y contrarestados con el español de Chile.

El artículo finaliza sistematizando los principales contrastes y similitudes entre el dialecto tolimense empleado por el hablante y la norma estándar utilizada por un hablante chileno.

2. Marco Teórico

2.1 Características principales de la República de Colombia.

La República de Colombia constituye el vigésimo sexto país más grande del planeta y el cuarto en América. Su alineación principalmente estuvo constituida por el asentamiento de tribus amerindias que migraron desde Mesoamérica y el Caribe, información importante de considerar si se pretende determinar la naturaleza de los rasgos suprasegmentales del español hablado en Colombia, notoriamente matizado con rasgos centroamericanos (Landaburu, 1999)

Físicamente se ubica en la zona noroccidental de América del Sur y dentro de su geografía destaca como el único país del continente americano que posee costas con el Océano pacifico y el Mar Caribe.

La imagen de Colombia principalmente se relaciona al tráfico de drogas, armas, a la guerrilla y últimamente a la producción y consumo de café. Sin duda, la conformación de grupos bélicos en la época de la violencia bipartidista originó la formación de carteles ilegales que dieron origen al conflicto armado entre el gobierno y las guerrilleras narcotraficantes, que hoy son responsables del cultivo y distribución de cocaína y heroína en los Carteles de Medellín y Cali.

Sin embargo, a pesar de la violencia concentrada en ciertas ciudades, Colombia se compone de gran cantidad de departamentos, entre ellos el Departamento de Tolima en la pequeña ciudad de Ibagué, en el que la guerra no es precisamente su sello distintivo, por el contrario, el distrito se caracteriza por aspectos culturales como el folclor nacional y las actividades de carácter cultural, en el que la diversidad étnica del país confluye en actividades referentes a su lengua y tradiciones. Esta diversidad es el resultado de la mezcla de amerindios, colonos españoles y afrodescendientes que provienen en gran medida del mundo árabe, así como también judíos y gitanos que han contribuido a la conformación del léxico español en Colombia.

2.2 Breve descripción lingüística del español estándar en Colombia y Chile.

Como señalara Jon Landaburu del Centro Colombiano de Estudios de Lenguas Aborígenes (CECELA), la lengua oficial de la República Colombiana es la lengua castellana; lengua procedente de Europa en el siglo XVI y utilizada en la actualidad por casi la totalidad de la población nacional (Landaburu, 1999). Aunque constituye un único sistema lingüístico, presenta variaciones regionales significativas, entre las que destacan: el costeño, el pastuso, el paisa y el bogotano.

Cabe mencionar la presencia de 75 lenguas indígenas que aún se conservan, y utilizadas en 22 de 32 departamentos de Colombia. Entre ellas se encuentran la lengua wayúu, paez o nasa, el guambiano y el embera (Montes, 2000).

Para completar la familia lingüística constituida por todos los dialectos utilizados en Colombia destacan, según Landaburu, dos lenguas criollas habladas por poblaciones de origen africano; el criollo del palenque de San Basilio cerca de Cartagena (alrededor de 3.000 personas) y el criollo de las islas de San Andrés y Providencia (aproximadamente 30.000 personas) (Landaburu, 1999). Según el autor, ambas lenguas son creadas recientemente por los esclavos negros que durante la época colonial tuvieron la necesidad de inventar un sistema para comunicarse entre sí, el criollo de San Basilio o también conocido como palenquero, constituido por lexías de origen castellano, y el criollo de San Andrés y Providencia cuya composición léxica está determinada mayormente por voces pertenecientes a la lengua inglesa. La gramática de estas lenguas es original y no permite considerarlas como simple variaciones del castellano o del inglés (Landaburu, 1999).

En relación a lo anterior, los fenómenos que sí destacan en las variaciones del español son el seseo; presente en gran parte del grupo dialectal de otras naciones del Caribe. En algunos valles y llanuras se incluyen además el voseo y el tuteo (Montes, 2000). Según el autor, desde el punto de vista de la etnografía y la sociología, la comunidad criolla o hispanohablante colombiana se divide en ocho grupos: costeño, caucano, antioqueño, santandereano, cundi-boyacense, llanero, tolimense, nariñense (Montes, 2000). Dentro de este marco y desde una visión lingüística Flórez realiza una clasificación particularmente dialectológica en siete grupos: costeño (Atlántico y Pacífico), antioqueño, nariñense-caucano, tolimense, cundi-boyacense, santandereano y llanero. A esta clasificación se le suma el dialecto bogotano o rolo, vallecaucano o valluno, andino, chocoano e isleño.
Para efectos de economía sólo se describirá el dialecto utilizado por el hablante cuyo corpus es examinado en el presente artículo; dialecto tolimense u opita, empleado en los departamentos de Huila y el Tolima, y caracterizado por la lentitud en la locución normal y por la creación de diptongos a partir de los hiatos [eo ] y [ea] : pelar > peliar, peor > pior (fenómeno recurrente en el habla coloquial en América Latina).
A su vez, José Joaquín Montes (2000: 57) señala:
“Existen superdialectos clasificados mediante dos isoglosas: el superdialecto A, característico de las zonas altas, con normas como la pronunciación tensa, reflejada en la conservación de la [s] implosiva, dorsoalveolar fricativa sorda; y el superdialecto B, de las zonas bajas costeras o insulares, con normas como la pronunciación relajada o lingua plana, cuya manifestación más importante es la aspiración o elisión de la [s>] en posición implosiva o final. La subzona Tolimense-Huilense entonces se clasificaría dentro del superdialecto central andino”.

En relación a la pronunciación, el rasgo básico que distingue a las “hablas” meridionales o superdialecto andaluzado, tanto en España como en América, y desde luego en Colombia es la [s] implosiva. En mayor o menor medida se produce su aspiración, pérdida total o influjo ensordecedor sobre sonidos sonoros inmediatos en zonas costeras del Pacífico, en la costa Caribe, en los Llanos orientales y en muchos lugares del valle del río Magdalena (Montes,2000).

Tanto en Chile como en Colombia se evidencia el seseo, en el que la realización alofónica no presenta diferencias para la pronunciación de los grafemas: c, z y s (cocer, coser, casa, caza), como en el español peninsular, en el cual se describe la existencia de dos fonemas distintos [s] y [θ]. Sus diferencias se manifiestan a través de la lengua escrita y no en el español hablado, donde si se producen realizaciones distintas dependiendo de la posición en que estos fonemas se ubican dentro de la palabra.

Asimismo el fonema [x] suele ser faríngeo, rasgo común a los dialectos del sur de España y de la ribera caribeña, mientras que el fonema [ʧ] es producido con el ápice lingual descansando en la parte interior de los incisivos inferiores y el contacto con los alvéolos se produce con el dorso o predorso de la lengua.

Por último, en algunas zonas del país las oclusivas sonoras [b], [d] y [g], sólo se articulan fricativas o aproximantes en contexto intervocálico, y se mantienen como oclusivas detrás de consonante, bien sea dentro de una palabra o en la cadena de habla.

Según Rabanales las principales características del habla chilena se relacionan con fenómenos presentes en la mayoría de los dialectos hispanoamericanos. Fonológicamente el español de Chile no presenta diferencias cuantitativas con el español de Colombia, ambos poseen sistemas formados por 5 fonemas vocálicos y 17 consonánticos.

Un fenómeno común y descrito anteriormente lo constituye el seseo, además de la aspiración de [s] cuando precede a consonante y la aspiración o pérdida total en posición final de palabra antes de una pausa. Se da también el yeísmo, o articulación como [ʝ] prepalatal fricativa sonora, o como [ʤ] africada tanto del fonema [ʝ] como del fonema [ʎ] del mismo español, pérdida de [d] en posición final de palabra, articulación adelantada, casi palatal de [k], [g], [x] delante de [i]y [e] y articulación laxa de la mayoría de los fonemas consonánticos, entre otros fenómenos de menor importancia.
Como se mencionó anteriormente, el aspecto gramatical es quizás uno de los componentes de la lengua menos estudiados en América. Este desinterés se fundamenta en la similitud de las características gramaticales entre los diversos dialectos del español, centrando así el interés en el aspecto fonético-fonológico y léxico, en los cuales se haya mayores diferencias. La dificultad radica, entre otros factores, en la complejidad de trazar isoglosas gramaticales- Sin embargo, en las observaciones descritas en la ALEC pueden extraerse los siguientes fenómenos:
a) Tuteo- Voseo: Según el ALEC, toda la zona de la costa Pacífica es voseante e incluso se conservan formas en –i (tenei, vierai, hubierai, fuerai), (Montes, 2000). La 2º persona del plural es, exclusivamente ustedes, con el uso de vosotros, circunscrito al lenguaje eclesiástico. El colombiano del interior extiende el trato de usted más allá de las situaciones de formalidad y es usado ampliamente entre amigos, esposo, e incluso padres e hijos. Por el contrario, el habla costeña usa tú de forma casi general y el usted se limita a situaciones formales. El voseo se extiende por gran parte del país, pero tiene una valoración negativa entre los hablantes cultos por lo que tiende a substituirse por el trato de usted y menor medida por el tú. En la zona antioqueña el voseo goza de cierto prestigio local, aunque también aquí se observa la competencia de vos con usted y con tú. El voseo costeño aparece entre los hablantes menos cultos de algunos departamentos.
b) Pluralización del impersonal hacer: Rasgo característico del español costeño y evidenciado en expresiones de tiempo como: hacen años, días, meses, etc.
c) Otros fenómenos: El esquema de composición sust. + adj. sin cambio por –i en el primer elemento; como por ejemplo: boquiabierto, caricontento y peliagudos, y el pretérito compuesto de subjuntivo con ser, que al aparecer está indicando una extensión mayor, probablemente general en la primitiva koiné antillana.
En este sentido, son características gramaticales generales del español en América la variación de género; el coso-la cosa, el uso de plurales; hace tiempos, ¿qué horas son?, el voseo; vos = tú, ustedes = vosotros, el voseo en el verbo y su diptongación; vos tenés = tienes, vos sos = eres, en construcciones verbales; pero fíjate y verés, conservación de formas verbales anticuadas; haiga = haya o hubiere = hubiese (Fuentes, 2001).
Específicamente en la sintaxis destaca el mayor empleo del pretérito indefinido que del pretérito perfecto; jugué y no he jugado, uso del pretérito imperfecto de subjuntivo preferentemente al pretérito indefinido de indicativo; tal como escribiera = escribió, influencia del presente continuo del inglés: estoy yendo o estamos enviándolo. El que galicado al usar el que relativo en vez de adverbio y locución adverbial a continuación del verbo ser; entonces fue que vino, y por último la tendencia a usar verbos de movimiento y reposo en forma reflexiva; venirse, entrarse.
En relación al aspecto léxico-semántico la característica fundamental es su similitud con la totalidad de los países hispanohablantes. Uno de sus componentes principales lo constituyen los arcaísmos. Existe también un aporte importante de voces amerindias y que no sólo se hicieron panhispánicas, sino casi universales; cacao, chocolate, canoa, tomate, papa, batata, etc. Los indigenismos más extendidos en Colombia son los quechuismos; cancha, chunche, chócolo, chacra, carpa, minga, zapallo, etc. El segundo lugar lo ocupan los muisquismos (Montes, 2000).
Cabe destacar que la situación idiomática del español colombiano, en términos de G.V. Stepanov, es de alto prestigio en el contexto hispanoamericano. Inclusive el español bogotano ha sido seleccionado como modelo idiomático por la Academia Paraguaya de la Lengua Española (Montes, 2000).
En lo que respecta al léxico chileno, Rabanales (1981) señala que las voces utilizadas por hablantes del español de Chile pertenecen a voces peninsulares, criollas, indígenas, mestizas y extranjeras. De las peninsulares la mayoría son patrimoniales, comunes a todo el mundo hispánico (Rabanales, 1981).
En nuestro país, utilizamos voces criollas con un significado distinto como por ejemplo: volantín = cometa o ampolleta = bombilla, y las numerosas formas participiales en –a con el significado de acción de; limpiada o leída, construidas generalmente con la expresión echar una, y también se trata de compuestos y derivados originados en Chile con estructura hispánica a partir de bases peninsulares; espinudo = espinoso, no mas = solamente y al tiro aludiendo a algo inmediato.
Por último, los vocablos indígenas, nombres de animales, plantas y especialmente de algunos objetos de naturaleza material provienen principalmente del quechua y en mayor medida del mapuche (Rabanales, 1999).
Un aspecto a considerar, puesto que entrega información relevante en torno a cómo se configura cada registro, es lo relativo al discurso, específicamente a los marcadores pragmáticos utilizados por cada hablante. Sin adentrarse en un análisis lingüístico exhaustivo se rotula al discurso colombiano como un tipo de discurso cortés y afable, que en su producción demuestra las relaciones sociales establecidas por los hablantes colombianos; una relación basada en el respeto y la distancia, aún sean estos familiares o amigos.
En la construcción discursiva, los marcadores apelan a variables sociopragmáticas que dan énfasis a rasgos contextuales, situacionales e interactivos. Su estudio no sólo se realiza desde una perspectiva lingüística dialectal, sino más bien sociodialectal y discursiva, pues evidencian recursos importantes para mantener la conectividad en el discurso oral.
En Chile, Pons y Samaniego (1998) elaboraron una taxonomía para clasificar los tipos de marcadores presentes en el habla chilena.

A continuación se una síntesis de los marcadores discursivos más utilizados por el español culto de Santiago de Chile según los autores.

Cuadro Nº 1
Clasificación de marcadores discursivos

Tipo de marcador
Función

Iniciadores o introductores
Dar inicio a un enunciado o turno.
Le otorgan tiempo al H para preparar el enunciado, focalizan la atención del interlocutor al señalar al hablante el comienzo de su turno. Ej: a ver, bueno, eh..


Continuativos
Presentes al interior del enunciado, parecieran interrumpir la secuencia del mismo. De acuerdo con Pons y Samaniego este es el grupo más significativo de marcadores, ya que se incluyen diversos tipos de lexías con sus respectivas funciones. Entre ellos encontramos indicadores de vacilación o indecisión, reforzadores de la propia opinión, apelativos seudovocativos, colaborativos o apoyadores de opinión y conectores de enunciado.


Finalizadores

Cierran la intervención y /o solicitan aprobación. Se clasifican en marcadores de término o solicitadores de aprobación.



3. Fundamentos Teórico-Metodológicos
El objetivo de la presente indagación radica en la descripción y comparación cualitativa de una variedad dialectal del español colombiano; el tolimense, versus las principales características del habla chilena.
La información desprendida del hablante es descrita en relación a variables adscritas y adquiridas.

Cuadro Nº 2
Variables adscritas y adquiridas



Edad
Género
Características familiares
Nacionalidad

Variables adscritas
38 años
Femenino
Ocupa el tercer lugar de una familia compuesta por 5 integrantes, de los cuales es la única mujer. Actualmente vive con su esposo y tres hijos en la ciudad de Santiago de Chile.


Colombiana, nacida en la ciudad de Ibagué, Tolima.

Nivel de Instrucción
Nivel Socioeconómico
Ocupación
Situación demográfica


Variables adquiridas
- Licenciatura en Idiomas.

- Abogacía

- Cursando Magíster en Lingüística con mención en Sociolingüística Hispanoamericana.
Clase media alta
En su país se desempeña como profesora de idiomas en una escuela pública. Sin embargo, ésta labor se encuentra postergada hasta su regreso a Colombia.
Habitante de la ciudad de Ibagué, capital de Tolima o “Tierra del Hielo”. Ciudad destacada por la música, la gastronomía y la empresa textil.



El corpus fue extraído mediante la técnica de entrevista semi-dirigida, en la que se introdujeron espontáneamente los siguientes tópicos: infancia, familia, educación, intereses, pobreza, guerra, tribus urbanas, valores éticos y morales de la juventud, valoración de la cultura de origen y de la cultura de Chile, entre otros (ver anexo Nº1).

La conversación tuvo un carácter de discurso casual, puesto que permitió al hablante utilizar un registro donde se evidencian fenómenos específicos del español colombiano estándar en oposición a estilo cuidado, caracterizado por hipercorrección y donde concientemente se omiten aspectos léxico-semánticos importantes, empleados en el registro cotidiano de los hablantes.

Una vez elaborada la pauta de extracción del corpus se realizó la entrevista con el hablante en un lugar tranquilo que contara con las condiciones acústicas necesarias para el registro de los parámetros suprasegmentales del habla colombiana.

La conversación fue grabada para una transcripción fiel del corpus, y tuvo una duración de dos horas cronológicas. Posteriormente la muestra fue transcrita mediante formato Chat.
El análisis fue realizado desde una perspectiva lingüística describiendo los principales fenómenos presentes en el corpus en los componentes fonético-fonológico, léxico-semántico, morfosintáctico y discursivo. Dichos fenómenos son estudiados a partir de la información teórica desprendida de investigaciones anteriores contrastando cada uno de estos eventos con ejemplos extraídos del registro.
El ámbito fonético-fonológico es abordado según los fenómenos descritos en el marco teórico y tomando como referencia muestras extraídas de la grabación en las que se plasma la diferencia alofónica de algunos fonemas consonánticos y combinaciones sólo en la unidad de palabra.
En el ámbito léxico-semántico se establece un análisis en relación a las voces utilizadas por el hablante, y que carecen de uso en el español estándar de Chile, aunque la mayoría de estas unidades léxicas posee una connotación o uso comunicativo propio en nuestro país.
Se analizaron 476 enunciados cuyo léxico seleccionado correspondió a todos aquellos vocablos empleados por el hablante, no frecuentes en situaciones discursivas chilenas, recogidos en la muestra. Cada uno de ellos se presenta en orden alfabético en una tabla con el número de enunciado de donde se extrajo, su significado según la información entregada por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y su variante en el español estándar hablado en Chile.
El especto morfosintáctico se detalla a partir del análisis de 21 enunciados cuya duración mínima fue de un minuto, con el fin de evidenciar una cadena más amplia de proposiciones que contuvieran algunos de los aspectos descritos por Rabanales en el español de Chile. Se describe con ejemplos concretos la presencia o ausencia de algunas partículas gramaticales; uso de it y sus variantes –cit-, -ecit-, sufijo –ill-, características de las formas verbales y sus construcciones gramaticales, presencia o ausencia de voseo/tuteo y la pronominalización.
El aspecto discursivo fue descrito a partir de un estudio realizado por Pons y Samaniego en el cual se establecen los principales marcadores pragmáticos en el español de Chile según su frecuencia forma y función.
Las unidades de análisis estuvieron conformadas 21 enunciados descritos en el componente morfosintáctico. El análisis se presenta con una descripción de los tipos de marcadores que apoyan, aclaran o dan fuerza a cada proposición según la taxonomía elaborada por los autores y descrita en el marco teórico. Cada uno de los marcadores evidenciados es ejemplificado con algunos enunciados extraídos de la muestra.
4. Análisis de datos
a) Aspectos Fonéticos-Fonológicos

Algunos de los rasgos fonéticos diferenciadores del español de Chile encontrados en la nuestra son los siguientes:

1.- Producción completa de fonema [s] cuando precede a un fonema consonántico y en posición final. En Chile la realización de este fonema se caracteriza por la aspiración o pérdida completa.

Muestra (285) Variante Chilena

algunos algunoh
sektoɾes sektoɾeh
empɾesas empɾesah
muʧos muʧoh
ixos ixoh
niɲas niɲah
entonses entonseh
ekonomikos ekonomikoh
buenos buenoh

2.- Realización completa de [d] en posición final de palabra. En Chile el fonema [d] en esta posición se elide o adquiere rasgos del fonema oclusivo [t]. Ejemplo: unibeɾsidad en oposición a su variante chilena unibeɾsidá.

3.- Realización fuerte del fonema [r] en el que se aprecia mayor fuerza vibratoria en sílaba inicial y media en comparación con el habla chilena. Incluso en algunos grupos de hablantes chilenos se evidencia la presencia del fonema [r] africado.

Minuto Muestra
15:21 aterada
25:36 remuneɾasion
26:58 rektoɾa

4.- Aspiración del fonema fricativo[x] en sílaba media o final no así en sílaba inicial. En Chile la producción de este fonema presenta una realización especial en comparación con la realización velar de otros dialectos americanos, el fonema [x] tiende a la palatalización que genera un elemento semivocálico poco estudiando en nuestro país.

Minuto Muestra Variante Chilena
03:15 biaxhaba biaxaba
03:24 ixho ixo
06:22 kolexhio kolexio
06:36 tɾabaxhando tɾabaxhando
15:10 empuxhon empuxhon
15:15 dixho dixo







b) Aspectos Léxico-semánticos
Cuadro Nº3 (solicitar trabajo completo a manitosquehablan@hotmail.com


*Información desprendida de diccionarios de voces utilizadas en el español de Colombia contrarrestada con la definición otorgada por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española on line.

De la información desprendida en el cuadro anterior se concluye la presencia de gran cantidad de voces desconocidas en el español de Chile pero utilizadas reiteradamente en el idiolecto colombiano. Inclusive se presenten lexías recurrentes en el discurso como: mamita, cansona, chinita y su versión masculina chinitos. Voces que aunque no son empleadas por hablantes chilenos, de igual forma corresponden a vocablos que en su contexto de enunciación son comprendidos, permitiendo una comunicación efectiva entre un hablante colombiano y otro chileno.

Sin duda un factor importante en el entendimiento del léxico colombiano lo constituye los medios de comunicación masivos y los procesos de globalización, responsables de transmitir a los telespectadores programas de televisión provenientes de otros países de habla hispana y cuyo campo lexical ha penetrado con fuerza en un determinado segmento de la población chilena. Es así como jóvenes chilenos comprenden e incluso, en algunas instancias lúdicas, utilizan vocablos como: chévere y cantaleta.

Se aprecian también algunos vocablos relativos a la cultura típica del país, específicamente al aspecto culinario, en el que no es posible encontrar referentes en el habla chilena por constituir platos cuyos ingredientes corresponden, entre otros, a hortalizas y frutos, que por su naturaleza sólo se producen en un clima tropical como el colombiano. En el corpus se nombran platos típicos como: lechona, tostones y tamal. En Chile, y sin implicar un símil para uno de ellos nos referiríamos a la cazuela empanada, anticucho o charquicán, este último, indigenismo proveniente del mapudungun.

Cabe destacar que existen vocablos cuyo significado difiere en relación al país de Latinoamérica en que son empleados. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española entrega una definición para cada voz, en la que además se incluye el país de procedencia. Sin embargo, existen voces cuyo significado léxico difiere de su significado pragmático y que sólo son comprensibles analizando la situación de enunciación en el que son introducidos.

El término pelada por ejemplo, alude a una persona que ha perdido el cabello en países como Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Uruguay y Chile. En Ecuador pelada corresponde a una mujer que ejerce el comercio sexual, mientras que en México y Honduras hace referencia a un ser de capas sociales inferiores y de menor cultura. En Colombia es sinónimo de niña o muchacha, sin embargo, la intención pragmática desprendida en el corpus incorpora a este significado la noción de pobre y de menor estatus social, otorgando una connotación distinta a la entregada en los países antes descritos. En Chile, el vocablo pelada se ha introducido con fuerza en el segmento joven de la población, aludiendo a mujeres sin pudores sexuales y pertenecientes a la clase baja.

Asimismo el vocablo muchacha, es utilizado en Colombia para referirse a las empleadas domésticas, mientras que en Chile el vocablo muchacho/a alude a joven sin pertenecer a una clase u oficio determinado. Dicho vocablo es utilizado preferentemente por hablantes adultos, quienes también podrían referirse a un joven como lolo o chiquillo.

Finalmente el hablante recurrió a ciertas voces cuyos significados no se encuentran en la Diccionario de la RAE, como por ejemplo: aguache, chambonamente, chuca, finca, guachupones, pocotón, pitar y recocha.

c) Aspectos Morfosintacticos

Como señalásemos en el marco teórico, en el componente morfosintáctico se aprecian mayores semejanzas a nivel Hispanoamericano, puesto que no existen gran cantidad de fenómenos particulares que se presenten en el habla colombiana y ausentes en el habla chilena o viceversa.

Uno de los fenómenos característicos lo constituye el uso de una única segunda persona singular y plural; usted/ustedes excluyendo por completo tú y vosotros, aunque en algunos sectores de Colombia se sigue manteniendo la forma su merced-su mercé, pero cada vez con menos frecuencia. En la muestra se apreció un reiterado uso de usted y su construcción verbal correspondiente, sin embargo, en algunas ocasiones se introdujo el tuteo principalmente en el pronombre:

/…no te vayas a dejar tocar…/
/…y papito que pasó si tú…/
/ Luisita, ¿por qué te rayaste?.../

En Chile el uso de usted sólo refleja un trato de cordialidad o supremacía dentro de una escala jerárquica en la que se situaría, por ejemplo, un subalterno y su jefe. Asimismo, los jóvenes lo utilizan para infundir respeto, ya sea por la clase antes mencionada o porque el interlocutor pertenece a un grupo etáreo mayor. En gran cantidad de instancias se utiliza tú con su correspondencia verbal también tuteante, simplificando la desinencia verbal de la segunda persona (teniaís-tení, moliaís-molí, queríais- querí), mientras que el uso de vos se relega, como señalase Andrés Bello a un sector rustico y vulgar de la población.
Principalmente en nuestro país el voseo se utiliza para el presente, pretérito imperfecto y condicional del modo indicativo y para el presente y pretérito imperfecto del modo subjuntivo. La forma en futuro simple casi ha desaparecido siendo reemplazada por la perífrasis ir + verbo en infinitivo, anteponiendo generalmente la preposición a al verbo; ir a comprar, salir a comer

Cuadro Nº
Uso de voseo y tuteo
Algunos ejemplos extraídos del corpus

Enunciado Forma utilizada en el idiolecto colombiano Forma utilizada en el español estándar de Chile.
429 …no le pegues mami porque está menstruando… … no le peguí mami porque está menstruando…
431 … no se las dejes a mi papá por favor… … no se las dejí a mi papá por favor…
433 … Madre, no, acuérdese… … Madre, no, acuérdate…
456 … pero usted pierde algo que ya no está adentro… … pero tú pierdes algo que ya no está adentro…
106 … son de esas mamás que no les importa quien es usted… … no se esas mamás que no les importa quien eres tú…
285 … le mataban al fulano… … te mataban al fulano …


Introduciéndonos en la forma de las estructuras empleadas, en ambos dialectos existe un uso reiterado de -it- y sus variantes –cit-, -ecit- como diminutivo y apreciativo, como se refleja en los siguientes vocablos precedido del número del enunciado en donde se inscriben: abuelitos (461), abuelita (257), cuidadito (286), pequeñita (256), pobrecito (148), sobrinito (142), poquito (133-142), sentadito (86), solito (81-125), chiquito/a (10- 43- 43-247-253-342-351-455), mamita (44-67-321-330-336-338-71-72-74-231-256), chinita (44-194), chinitos (77-324-340), añitos (44-281-23-71), ahorita (74-245-267-290-330-342-349-351-386-422), casita (133), brujitas (42), mellicita (195), muchachito/a (355-456-238), vasito (222), espesita (311), tortita (321), calientito (325), mayonesita (326), quesito (326), almuercito (330), papito (338-410-435-442-456), vececitas (290-456), poquitas (355), picantito (399), ensaladita (407), verduritas (408), vaginita (431), ropita (435), delgaditas (442), gordita (442), solita (442), muñequitos (442), hermanitas (447-448-453), conservaditos (448), barriguita (456) y sentadito (86).

En ocasiones se utiliza como reduplicación final: chiquititas/os (99-283-426-429-435-442-448-456-459-71-74), poquitito (273),

La única diferencia observable en el corpus analizado radica en la menor frecuencia en que aparece el diminutivo –ico/ica-, que se extiende en palabras cuya última sílaba inicia con /t/. Ejemplo de esto lo constituyen: platico (324) o chiquitico (273), características comunes en el habla de costarricenses, venezolanos y cubanos, y ausentes completamente en hablantes chilenos.

Por otra parte en el español de Chile preferimos el género masculino en los préstamos de nombres no terminados en –a-, y un uso sistemático en los terminados en consonantes como el carnet, el kuchen. No así en la muestra donde se evidencia un uso indefinido de masculino y femenino para referirse a lexías que cumplen diferentes funciones:

/ … a la tercer vez que quedó embarazada…/
/… que iba a empezar con el profesor de la Aymara…/
/… no me pasaba un agua…/
/…la primer vez…/

En el habla chilena, la construcción de frases verbales está caracterizada por el escaso uso de estructuras pasivas, manifestando una clara preferencia por la estructura se + complemento agente, Ej: se firmó el acuerdo, y no la estructura ser + participio + complemento agente; el acuerdo fue firmado.

En el registro se da un fenómeno particular y diferente del dialecto chileno en el uso de la primera persona singular de los verbos auxiliares haber y ser, copulativos ser y estar y el verbo ir. Formas que en la muestra suelen ser utilizadas en combinaciones y no de manera aislada, puesto que gramaticalmente dichos verbos no son los utilizados en la formación común de clases verbales:

En Colombia En Chile

/… pero voy visito a mis estudiantes…/ /… pero visito a mis estudiantes…/
/… pero yo voy estoy pendiente…/ /… pero yo estoy pendiente…/
/… ella es de nueve años…/ /… ella tiene nueve años…/
/… el papá está de grosero…/ /… el papá es grosero…/
/…yo los estoy es chocando con la realidad…/ /…yo los estoy chocando con la realidad…/
/… mi papá es enamorado de las mujeres…/ /… mi papá está enamorado de las mujeres…/
/… son muy pocas de busto…/ /… tienen muy poco de busto…/
/… yo ya no soy sola…/ /… yo ya no estoy sola…/
/… legalmente es prohibido…/ /… legalmente está prohibido…/
/… algunas son deterioradas…/ /… algunas están deterioradas…/
/… nosotros no éramos casados…/ /… nosotros no éramos casados…/
/… porque yo ya no soy sola… pero cuando firmé era sola…/ /… porque yo ya no estoy sola… pero
cuando firmé estaba sola…/

Asimismo el verbo ser es omitido en construcciones como:

/… les enseñó a mis hermanos a machistas…/ /… les enseñó a mis hermanos a ser machistas…/
/… los hombres que mantienen acostados viendo televisión…/ /… los hombres que se mantienen acostados viendo televisión…/

En relación a la frecuencia en que los tiempos verbales se presentan, en ambos dialectos predomina el presente.

Además de lo expuesto anteriormente el uso de la pronominalización en la muestra evidenció rasgos que para hablantes chilenos forman parte de la norma informal e inculta. Es así como la clasificación que generalmente conocemos de los pronombres personales: me, te, le, se, lo, entre otros, depende de la ubicación que estos tengan en relación al verbo, de manera tal que comúnmente utilizamos pronombres enclíticos (pospuestos al verbo, generalmente infinitivo, gerundio o imperativo) o procliticos (antepuestos al verbo, cuando la forma verbal está en indicativo o subjuntivo sin valor imperativo), y no ambos dentro de una misma construcción gramatical.

En nuestro país cuando el hablante utiliza alguno de estos pronombres antes y luego lo reitera después del verbo, inconcientemente es estigmatizado tachándolo de inculto, poco letrado y perteneciente a un sector económicamente inferior de la población. Asimismo puede que no se repita en la misma cláusula pero si se incorpore el sujeto que en teoría estaría reemplazado por el pronombre, fenómeno que ocasiona el mismo estigma.

Por último y a modo de ejemplo, se extrajeron algunas construcciones seleccionadas de la muestra donde se evidencia este fenómeno:

/… creo que me le da pena…/
/… a mi niña me le pegó una cachetada…/
/… ellas a veces me les daban un perro caliente…/
/… me voy a buscar cambiarme de sector…/
/… me fue a despojarme los mocos…/
/…yo no voy a esperar a quedarme de última…/
/… me lo puse para acordarme…/

Uso reiterado de me para indicar posesión:

/… no me la dejes ver…/
/… el niño me jugaba mucho con niñas…/
/… no me le va a fregar la vida…/
/… no me la dejes ver al espejo desnuda a la niña…/

d) Aspectos Discursivos:
Analizar la variación en el discurso constituye una tarea compleja entendiendo la dificultad de establecer las diferencias entre variaciones léxicas o morfológicas en contraposición con las discursivas.
Los marcadores discursivos constituyen una clara muestra de los elementos pragmáticos de apoyo que el hablante utiliza en los discursos orales.

En este análisis, al igual que en el habla chilena, se evidencia una amplia superioridad porcentual en la frecuencia de ocurrencia de los marcadores continuativos en sus diferentes funciones- principalmente conectores de enunciado-, en oposición a los marcadores iniciadores y finalizadores.

Aquellos marcadores que dan inicio a un enunciado o turno, o en su defecto dan tiempo para preparar el enunciado focalizando la atención del interlocutor se encontraron ausentes en la muestra. Todos los enunciados analizados comenzaron sin dubitaciones como continuación de la producción anterior emitida por el interlocutor. En Chile, la frecuencia de estos marcadores como: a ver, bueno, eh.., también es baja.
Un sector identificado como el grupo juvenil chileno, entre los 25 y 35 años utiliza masivamente el marcador finalizador solicitador de aprobación ¿cachai?, ausente por completo en el habla colombiana.

A diferencia de lo anterior el hablante no utiliza los marcadores comúnmente usados por hablantes chilenos; ¿ah?, ¿no es cierto?, ¿entiendes?, ¿no?, ¿ya? y ¿cachai?, sino que se aprecia un único fenómeno que podría clasificarse dentro de los procesos pragmáticos que el hablante utiliza para reforzar lo que está diciendo y con esto obtener la aprobación del interlocutor, y que radica en la repetición al final de la cláusula de lo que el hablante quiere recalcar en su enunciación.

/… lo ven muy bonito se lo llevan y se lo llevan a él también ¿usted quién es? y se lo llevan…/
/… y la china llegó un día y se fue, no volvió, y no volvió… y yo dije…/
/… la pelada me dejó, me dejó el puesto…/
/… pero me planchaba muy mal, muy mal…/


Asimismo también, en la taxonomía de marcadores finalizadores tampoco se encontraron marcadores de término utilizados, con baja frecuencia, en el habla chilena, como: digo yo, digamos, fíjate, nomás, pues (oye), pu’, po’.

A diferencia de las clasificaciones anteriores, la presencia de marcadores continuativos en ambos dialectos es superior a los antes descritos. Asimismo dentro de ellos los más utilizados corresponden a los continuativos conectores de enunciado, marcadores que parecieran interrumpir la secuencia pero que dota a la proposición de coherencia y cohesión. En ellos encontramos alta frecuencia en el uso de: o sea, y entonces, factor común en ambos dialectos, sin embargo, el hablante colombiano utiliza reiteradamente de pronto, conector ausente en el habla chilena. De igual forma los chilenos tienden a incorporar el conector así (es que), ausente en el registro colombiano.

-De pronto-
/… lingüística no era lo que yo más quería, otra cosa, de pronto con derecho yo quería ver otra cuestión de abogado, de pronto derecho internacional…/
/… me dijo miles de excusas, de pronto si la china no tenía la intención de hacerme… de hacer mal…/
/… drogadicto de pronto sí pero no eran ladrones…/
/… yo le pregunto cosas y de pronto mi niño las han captado…/
/ … están trabajando o que de pronto no tienen…/
/… porque tengan de pronto las mejores instalaciones…/
/… allá de pronto sí, de pronto mi madre por ejemplo, fue una que nunca me habló de la menstruación Gissell…/


-Entonces-

/… en el buen sentido de exigirles que sean cumplidos y nunca con malas palabras, entonces ellos, por eso, algunos creen que yo los estoy es chocando con la realidad…/
/… no sabíamos como se manejaban acá las nanas, las nanas, entonces me dijo por tres horas nosotros le pagábamos…/
/… no hacía entonces yo un día le dije “no, es que usted está aquí” y se lo llevan, entonces le dijo…/
/… estos hijos’e madre china no quieren hacer nada… entonces yo le dije “esos niños, son mis hijos”
/… Entonces me dijo y yo bueno, entonces hay otra amiguita que la mamá trabaja allá pero es psicopedagoga…/


- O sea-

/… y son, o sea, es pesado el sector, o sea después de que esa mamá…/
/… y bueno, sacan de las iglesias a la gente y se las llevan al que es el empresario de allí. O sea a mi me da pesar…/
/… sólo a cuidarme los niños. O sea, yo la contraté a ella tres horas…/
/… no es del todo… o sea como… en el Tolima…/
/… vacaciones en caravana o sea se… si iba de Bogotá a Ibagué se iban/
/ Por encima, sí, o sea la mugre está aquí encima…/
/ Puede que sea nadie, o sea, no sea un ladrón…/
/…dije son ladrones, o sea tenían una pinta Gissell/
/…todos los niños se están dando cuenta, o sea todos los papitos yo creo que en algún momento se van a dar cuenta…/


En menor frecuencia encontramos los indicadores de vacilación o indecisión, en los que el hablante realiza una pausa mostrando notoriamente su competencia lingüística al detenerse para evaluar, y en caso necesario, reformular su discurso. Al igual que el español de Chile se aprecian indicadores como: que sé yo, ehh… y emm. En la muestra no se evidenció el uso del indicador utilizado por hablantes chilenos: que quieres/querí que te diga.


/… mis hijos fueron creciendo ehh con el colegio porque yo los llevaba…/
/… yo la contraté a ella tres horas …ehhh… cuando yo tenía que ir a la Universidad…/
/… porque yo ehh… algo que me ha encantado…/
/…será que me llevó algo, que sé yo, y en esta época que iba empezar con el profesor del Aymara…/
/…entonces emm… yo soy muy desconfiada…/
/… nada que ver con, emm, no, nada que ver…/

Para obtener la atención del interlocutor el hablante chileno utiliza marcadores apelativos seudovocativos como: compadre, mire, oiga, entre otros. Ausentes por completo en el habla colombiana. En reemplazo de este recurso, el hablante utilizó el nombre del oyente para solicitar su atención y continuar con su discurso.

/… ella llegaba sólo por tres horas Gissell a trabajarme y no hacía nada…/
/… quedó sin nada Gissell porque lo extorsionaron…/
/… nueve mil pesos y no hacía nada Gissell entonces…/
/… la pelada me duró dos semanas Gissell…/
/… ahorita que hubo vacaciones Gissell…/
/… sacaron a un pocotón de profesores Gissell…/

Los marcadores colaborativos y reforzadores de la opinión casi no se utilizaron en el muestra.


6.- Referencias Bibliográficas

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Madrid-Malo, M. (2004). Constitución Política de Colombia 1991 (en línea). Disponible en http://www.hchr.org.co/documentoseinformes/documentos/carceles/4_Nacionales/1_Normas_basicas/1_carta_politica/CONSTITUCION%20POL%CDTICA%20ACTUALIZADA.

Montes, J. (2000). Otros estudios sobre el español de Colombia. Santafé de Bogotá: Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo CI.

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